En la actual dinámica podemos observar algunas tendencias que cada vez más influyen y moldean la vida de los consumidores. Es el momento de la circularidad, de la necesidad de confianza, las experiencias fluidas y la tecnología invisible. Estas tendencias que día a día se imponen crean nuevas realidades de mercado y empresas. Los equipos creativos nos debemos sumergir adaptando diseño, audiovisuales y fotografía al nuevo pensamiento de los consumidores.
Empezamos a cuestionar los patrones de consumo actuales. La alarma ambiental es un ejemplo de los problemas que tenemos y nos hacen pedir que las empresas cumplan sus promesas. El mundo es cada vez más digital y el consumidor espera experiencias que simplifiquen y enriquezcan sus vidas, uniendo el mundo físico con el digital. Podemos influir desde la creatividad en estas nuevas expectativas. Proporcionando maneras de percibir la realidad y reinventando los patrones del modelo actual.
Los productos, marcas y la comunicación no son realidades independientes. Debemos entender cómo las nuevas generaciones comprenden el universo que los rodea. Buscan productos y servicios que permitan un estilo de vida saludable, realización y experiencia, con el deseo de vivir un estilo de vida más consciente.
Las empresas deben ofrecer experiencias transversales memorables y al mismo momento demostrar tener cuidado tanto del consumidor como del planeta. Deben tener una estrategia clara para todos los componentes de su marca. Diseño gráfico digital, elementos fotográficos y audiovisuales deben trabajar en sinergia con los valores que promueven. ¿Cómo puede una empresa ofrecer experiencias en las que la tecnología sea invisible, y al mismo tiempo dar a los consumidores todas las experiencias, emociones y valores que desean?
LA CULTURA DE LA CONFIANZA
Cuando la gente comparte y explica sus experiencias, es mejor ser quien dices ser.
La presión creciente sobre las organizaciones para ofrecer transparencia y honradez es, por supuesto, un reto. No proviene sólo de los consumidores, sino también de los empleados, inversores, medios de comunicación y gobiernos. En este entorno, crear una cultura de confianza basada en una comunicación abierta y honesta es la única estrategia factible. Y hay que transmitirla con todos los recursos que tengamos a nuestro alcance. Se trata de eliminar las barreras que impiden a las personas acceder a la información y clarificar y simplificar su visualización. En una cultura de la confianza, la gente se atreve a compartir la verdad.
Dar respuesta a las necesidades de los clientes en lugares remotos y a distancia, aprovechar la inteligencia artificial para definir y acelerar la sostenibilidad. La revolución tecnológica es esperanzadora. Sin embargo, rara vez escuchamos avances en referencia a la ética y la espiritualidad. Si no los abordamos, la gente perderá la confianza.
Cada día sentimos noticias de políticas y políticos, procesos empresariales y ética disfuncional. Esto nos hace más cínicos y crea un deseo creciente de acción. Como consumidores, esperamos más de los productores. Queremos información relevante para tomar las mejores decisiones. La transparencia forma parte de la solución, pero hay que combinarla con la honradez. Enseñar nuestros valores nos puede ayudar pero tenemos que estar seguros de cumplir lo que prometemos.
LA ECONOMÍA CIRCULAR
No necesitamos la teoría, necesitamos acciones!
Con esto no queremos decir que todos los logotipos deban ser círculos. La gente quiere ser responsable, pero es difícil cambiar de hábitos en una sociedad que premia la irresponsabilidad. Los consumidores son más conscientes del impacto que el consumo tiene para el planeta, en la sociedad o para ellos mismos. ¿Por qué a menudo es mucho más barato viajar en avión que en tren? Si no cambiamos el sistema para apoyar y fomentar buenos hábitos, no se producirá ningún cambio.
Necesitamos una transformación global hacia una economía circular. Los productos y servicios que compramos y consumimos dejarán de satisfacer nuestras propias necesidades. Forman parte de un sistema mucho más grande donde el objetivo debe ser cero residuos. El 2022 tendremos que seguir empujando los límites de la economía circular. Debemos repensar no sólo los productos y servicios, sino toda la cadena de valores. Las empresas y las organizaciones deberán trabajar juntas para permitir el cambio de comportamiento. Deberán proporcionar un flujo continuo de desencadenantes, recompensas, conocimientos e ideas que ayuden a las personas a desarrollar y mantener nuevos comportamientos que sean buenos para la tierra y la humanidad. La sostenibilidad se ha visto hasta ahora, en demasiadas ocasiones, sólo como unas buenas relaciones públicas. Los consumidores y el planeta no esperan más conversaciones: hay que actuamos.
CUIDADO COMO VALOR CENTRAL
La salud pasa de ser aguda y reactiva a proactiva y personalizada
Estamos viendo como hay un aumento del impacto de algunas marcas en espacios relacionados con la salud y el bienestar. Como ya hemos apuntado se empieza a hacer evidente un cambio de mentalidad y algunos problemas como por ejemplo la falta de sueño, se perciben como una epidemia. Nuestra inteligencia emocional y salud mental se ve afectada, por ello, los investigadores relacionan la falta de sueño con algunas de las disfunciones cognitivas que sufre la humanidad.
Algunas de las novedades tecnológicas tienen como objetivo ayudar a la salud de las personas de una forma holística; vestuario, complementos para nuestro hogar y rastreadores de alimentos inteligentes son algunos ejemplos. La tecnología nos ayuda a hacer un seguimiento y análisis de todo, desde la calidad del sueño en nuestra actividad física, y nos impulsa a actuar y reflexionar en función de los resultados metrics que obtenemos.
El sistema sanitario, por otra parte, se encuentra ante una transformación importante ya que la digitalización permite pasar de un tratamiento reactivo de enfermedades a acciones preventivas y proactivas para aumentar la salud y el bienestar. Ahora nos corresponde responsabilizarnos de nuestra propia salud. Tanto con respecto a nuestro estilo de vida como también utilizando nuestros dispositivos para captar información, identificar patrones y crear nuevos hábitos.
Esto, por otra parte, puede cambiar nuestra manera de interactuar con el sistema sanitario. Diferentes países se encuentran en diferentes etapas de la transformación hacia un sistema sanitario más proactivo, personalizado y centrado en los pacientes. Una nueva generación de consumidores a cambiado su definición de salud. Ven la tecnología como un medio para mejorar la calidad de vida. Como creativos nos toca a nosotros repensar como el usuario interactúa con esta tecnología relacionando las capacidades que esta nos proporciona con una usabilidad satisfactoria y fluida. Somos parte del cambio.
EXPERIENCIA SIN ROCES
Relacionando el mundo físico y digital sin fisuras
Las mejores experiencias son aquellas en las que no pensamos en la tecnología. Esta es invisible para nosotros. Experiencia física y virtual ya no son dos cosas diferentes. El consumidores no separa el mundo online y offline; porque deben hacerlo las marcas? Todo es parte de la realidad, todo es importante y complementario. Poco a poco estos mundos se fusionan, y se hace visible una necesidad creciente de integración entre lo analógico y digital, que hace que nuestras vidas sean más cómodos y con menos fricciones que nunca.
No se trata sólo de proporcionar acceso a servicios y productos a través de diferentes canales sino también de evitar la sobrecarga cognitiva, la frustración y el estrés. Cuanto más nos damos cuenta de la diferencia entre los dos mundos, más malestar nos provoca. Es en la combinación de tecnología y sencillez que las empresas podrán conectar con nosotros de maneras nuevas y excepcionales.
LA ECONOMÍA DE LA CO-CREACIÓN
El poder de la colaboración en la generación de productos y ideas
La co-creación consiste en una idea muy sencilla; trabajar juntos da un resultado mejor. Las empresas deben adaptarse a esta nueva realidad para sobrevivir, incorporando los consumidores y socios a la co-creación de nuevos productos o servicios, permitiendo a todos lanzar sus propias marcas.
La co-creación digital es la nueva manera de crear valor. Todos los niveles de la sociedad y empresas se benefician. No hay límite de personas para participar en un proceso de diseño y no importa de donde provienen ni cuál es su formación. Esto hace que los procesos de diseño y creación sean más ricos y variados. Se busca la creación de soluciones propias del usuario por el usuario y por los problemas del usuario. Un proceso de co-creación permite que el consumidor final se apropien de productos y servicios y de su proceso de creación para que se adapten mejor a sus necesidades y deseos. Los consumidores tienen un papel activo y los productos se personalizan en masa en el proceso de producción. Ahora un consumidor también puede ser el diseñador e incluso la marca.
Estar realmente centrado en el cliente significa ver el potencial de ‘formar equipo’. Colaborar con usuarios finales, influencers, expertos e incluso competidores. Ser parte del tejido creativo. Los consumidores, adoptarán marcas que, con una mentalidad ganadora, proporcionen plataformas para la co-creación digital.
En todo esto te puedes preguntar cuál es el papel del creativo en este proceso. Es innegable que diseñadores, productores audiovisuales y fotógrafos, entre otros, deben dejar espacio al consumidor para participar en el proceso creativo. Esto no quiere decir que su función sea pasiva o resolutiva. El profesional está dotado de herramientas conocimientos y experiencia, además tiene la función de dinamizador y posibilitador de los procesos creativos. También deben servir de anclaje, de desencallador y de mediador. Así pues los creativos se encuentran en la punta de lanza del cambio y somos los mecánicos del motor que representa la sociedad humana.
