Este título me suena algo obsceno, como «La máquina de follar» de Bukowski. Probablemente, porque imagino los muchos artículos en internet sobre marketing digital y generación de negocios.
Mi objetivo al escribir este artículo es compartir mi punto de vista sobre lo que significa una web. Es posible que no diga algo completamente nuevo, pero quizás sorprenda a algunos.
Para mí, una web es una parte funcional de un sistema. A menudo, los empresarios crean una web y piensan que eso es todo; esperan que los ingresos fluyan automáticamente porque la gente que navega por la red descubrirá su pequeño rincón en un mar de información.
Este artículo también está dirigido a algunas empresas grandes que, aunque generan negocio, aún no comprenden que su web debe tener un propósito. No se trata solo de que la pagina le agrade al responsable de marketing, diseñador o CEO, sino de cumplir una misión en nuestro sistema de comunicación y ventas.
Dirige la atención del usuario a un objetivo que te interese, ya sea completar un formulario o probar un producto gratuito.
¿Cuál es ese objetivo? Normalmente es vender, ya sea en una tienda online, en el sitio web de un estudio de diseño o de una empresa tecnológica. La única diferencia es la estrategia que siguen estas páginas para vender.
Nuestro objetivo siempre debe ser, ser una parte activa en la venta. No podemos esperar que el cliente haga todo el trabajo, porque perderíamos el control de la relación.
No estoy diciendo que debamos forzar a nadie a comprar. Esto no se trata de manipular, sino de facilitar e atraer.
Hay muchas formas de ser parte activa en la venta. Dos de las principales, en el caso de una web, son recopilar la información del usuario para contactar después o dejarle probar el producto de forma gratuita, con o sin asistencia.
No es necesario estar en Paseo de Gràcia, pero si tienes los recursos, siempre ayuda.
Tener una web no es muy diferente de tener una tienda física. Las mejores posiciones son las que requieren más recursos.
Imagina que internet es una gran ciudad y las personas navegan por donde quieren. Tu objetivo siempre debe ser colocarte donde van las personas que suelen comprar tus productos. No siempre las posiciones más concurridas son las mejores para ti, pero la lógica dice que más gente significa más posibilidades de venta. El problema es que a más visitantes és más competencia.
En cuanto a tu web, lo importante es elegir algunas posiciones y construir una puerta de entrada para dirigir el tráfico a tu página. A día de hoy, existen diferentes estrategias para atraer tráfico a tu web, pero el único que influye en la construcción de nuestra web es el SEO.
No entraré en el SEO, solo quiero que quede claro que es importante al construir la arquitectura de tu web. Debes estructurarla de manera que tenga una puerta de entrada para todas las personas que buscan en internet, adaptando contenido y estructura a las palabras clave.
Genera confianza con branding; no solo necesitas apariencia.
Una vez tienes el tráfico, debes hacer que la gente se quede. ¿De qué sirve construir una autopista si no hay salida? Necesitas que la gente se sienta cómoda y entre a tus oficinas.
La empatía con el cliente se logra con el branding, que va más allá de colores y logotipos. Lo importante no es si te gusta tu web, sino que tu cliente empatice con ella. Esto no es tan fácil como escoger una tipografía; se debe seguir la voz y el estilo de la marca.
El branding parte de las personas con las que habla y no es solo un tema visual. Debes escoger temas, conocer al público, delimitar territorios, intereses y referentes estéticos del consumidor. El diseñador sintetiza todo esto en una expresión visual.
Consejo rápido pero importante
Asegúrate de que lo básico funcione, que las necesidades del consumidor se cumplan y que tu página web no esté rota en ninguna de sus formas posibles.
Cuida tu web como si fuera tu tienda. ¿Quieres una tienda insignia o una parada en el mercado?
Después de este escrito más largo de lo que imaginaba, solo me queda esperar que no haya aburrido mucho y hacer una última reflexión. ¿Qué quieres? ¿Una tienda insignia o una tiendecita de barrio? Ambas opciones son válidas, pero debes preguntarte. ¿Qué tipo de negocio eres?